Amber Alcocer Tonalá 133 en Roma Norte fue el hogar durante muchos años de mi restaurante favorito en la Ciudad de México, Máximo Bistrot. Si soy honesta, tuve emociones encontradas cuando se mudaron a su hermosa nueva ubicación en la cercana Álvaro Obregón en 2020. Si bien estaba feliz de que tuvieran más espacio y Eduardo finalmente tuviera una cocina totalmente equipada, estaba un poco triste de despedirme de esa pequeña habitación en la esquina de Tonalá y Zacatecas donde tenía tantos recuerdos felices.
Normalmente, cuando se abre un nuevo restaurante por donde vivo el barrio de Roma Norte, estoy ansiosa por probarlo. Sin embargo, en esta ocasión ignoré al recién llegado porque seguramente cualquier comida allí sería perseguida por el fantasma de Máximo Bistrot. ¿Qué sentido tendría probar esta nueva comida si pasaría toda la tarde recordando los buenos tiempos en Máximo? Las posibilidades de que un rayo cayera dos veces en este pequeño rincón de Roma eran escasas, así que decidí ignorarlo hasta que un día recibí un mensaje de mi amiga Liz recomendando un nuevo restaurante llamado Em.
A pesar de que Liz vive en Tulum, por lo general sabe más sobre lo que está sucediendo en la Ciudad de México, así que inmediatamente sentí curiosidad. Una búsqueda rápida reveló que el chef, Lucho Martínez, no solo había pasado tiempo en la cocina de Máximo Bistrot, sino que también trabajaba en el icónico restaurante de la CDMX, Quintonil. Ahora tenía mucha curiosidad.
Resulta que la primera iteración de Em (llamada Emilia por su hija) se abrió en colonia Cuauhtémoc en 2018 y había estado recibiendo excelentes críticas durante un par de años hasta que se mudaron a su nueva ubicación en Roma Norte. Cuando llegamos para nuestro almuerzo, nos sentimos aliviados al descubrir que el espacio no había cambiado demasiado. La habitación había sido renovada y la música era un poco más fuerte, pero seguía siendo esa bonita habitación donde había pasado muchas tardes felices. Se sintió bien estar de vuelta.
La comida de Lucho se describe como mexicana moderna con un toque japonés. Los comensales pueden optar entre un menú degustación de Omakase o ir “a la carta”. Nosotros decidimos por lo último y con un poco de ayuda de nuestro mesero, elegimos una selección de platillos y esperamos a ver si la comida podía estar a la altura de los altos estándares de su predecesor.
No teníamos por qué preocuparnos. El primer plato en llegar fue un “dashi de nopal” hecho con huesos de pescado, estaba absolutamente delicioso. Luego vinieron las croquetas de escamoles y las tartaletas de huitlacoche, ambas divinas. Nos relajamos ya que obviamente estábamos en buenas manos.
Los platillos principales eran igualmente impresionantes y venían con una interesante selección de guarniciones. Nunca había comido un trozo de kale y me haya gustado, pero de alguna manera Lucho logró producir ese tazón de kale que comí como si fuera una bolsa de mis papitas favoritas.
Mi madre es de Belice y al crecer mi comida favorita siempre fue su pollo frito beliceño. Como resultado, cada vez que veo pollo frito en un menú, tengo que pedirlo. Desafortunadamente, rara vez está a la altura de la versión de mi madre, por lo que generalmente me siento un poco decepcionada. Ese no fue el caso de “Lucho’s Hot Chicken”. Estaba jugoso por dentro y tenía una deliciosa capa crujiente que nos hizo a los dos ir “WOW WOW WOW”. Este era el mejor pollo que había comido aparte del que cocina de mi madre. Nos preguntamos cómo un chef de Veracruz podría ser tan experto en pollo frito hasta que más tarde leímos que Lucho había pasado varios años creciendo en Nashville, una de las mecas del mundo para los amantes del pollo frito.
Para el postre había 3 opciones. Un sorbete de mango, una tartaleta de mamey y un fudge de chocolate. Optamos por el sorbete, que era ligero, lleno de sabor y una excelente manera de terminar una comida increíble.
En los restaurantes suele ser fácil saber cuándo me encanta un platillo porque ni siquiera hablo por lo concentrada que estoy disfrutándolo. Sin embargo, la cocina de Lucho es del tipo que realmente me hace decir “WOW”. En mi opinión, es el “nuevo” chef más emocionante de la CDMX y no se me ocurre mejor persona para tomar el testigo de Máximo Bistrot en Tonalá 133. Parece que los rayos a veces si golpean dos veces.
Tips Para Comer En Em
- Síguelos a Em y Lucho en Instagram porque son muy activos y es una excelente manera de aprender sobre lo que hay en el menú. Incluso puede sugerir canciones para agregar a su lista de reproducción.
- Comienza con el cóctel de maracuyá, es realmente delicioso.
- Em normalmente está cerrado los domingos, pero Lucho ejecuta regularmente “Lucho’s Hot Chicken” pop-ups alrededor de Roma. Una canasta de pollo con guarniciones es una excelente manera de deshacerse de una resaca dominical.
EM RESTAURANTE
Sitio web: https://www.itsemilia.rest
Ubicación: Tonalá 133, Roma Norte 06700, CDMX
Teléfono: 55 3543 3275
Reservas: Email – reservations@emilia.rest / Whatsapp – 55 3951 4649
